Historia de las cruzadas en Jerusalén
HISTORIA DE LAS CRUZADAS
La historia no cambiará, pero se conocerá. En este artículo de historia de las cruzadas en Jerusalén, te mostraré con toda exactitud, todos los acontecimientos, fechas y personajes que protagonizaron las cruzadas que sucedieron en Tierra Santa entre los siglos XI y XIV.
Llamamiento primera cruzada- 27 de noviembre de 1095 a la llamada del papa Urbano II.
Personajes- Bohemundo de Tarento, Balduino I de Jerusalén, Godofredo de Bouillon.
Resultado- Conquista de Jerusalén y constitución de los Estados Latinos de Oriente.Segunda cruzada- agosto de 1145 a la llamada del papa Eugenio III
Personajes-Luis VII de Francia, Conrado III, Raimundo II Y Balduino I de Jerusalén.
Resultado- Caída de Jerusalén.Tercera cruzada- 1187 a la llamada del papa Gregorio VIII.
Personajes-Ricardo I Corazón de León, Felipe II de Francia, Federico I y Saladino.
Resultado- No se retoma Jerusalén, solo se conquistan las ciudades de Acre y Jaffa.Cuarta cruzada- 1198 a la llamada de Inocencio III.
Personajes-Bonifacio de Montferrato, Luis de Blois, Isaías II de Ángelo y Balduino I de Jerusalén.
Resultado- Conquista y saqueo de Constantinopla, además de la constitución del imperio Latino.Quinta cruzada- 1217 a la llamada del papa Inocencio III, sucedido por Honorio III.
Personajes- Bohemundo IV de Antioquia, Leopoldo VI de Austria, Pedro de Montaigu, Felipe II de Francia y Al-Kamil.
Resultado- Cruzada inútil, retorno de Daimeta a manos musulmanas y tregua de 8 años.Sexta cruzada- 1228 si el permiso del papa Honorio III.
Personajes- Federico II.
Resultado- Reconquista de Jerusalén, Nazaret, Sidon, Jaffa y Belén.Séptima cruzada- 1248 a la llamada del papa Inocencio IV.
Personajes- Luis IX de Francia, Alfonso de Poitiers, Carlos de Anjou y Al-Salih Ayyub.
Resultado- Conquista de Daimeta, derrota en El Cairo y vuelta a casa.Octava cruzada- 1269 - 1275.
Personajes- Luis IX de Francia, Teobaldo II de Navarra y Jaime I de Aragón, Eduardo de Inglaterra y el sultán Baybars I.
Resultado- Fracaso completo y muerte de Luis IX de Francia.Novena cruzada- 1271-1272.
Está considerada como parte de la octava cruzada, Eduardo I de Inglaterra se une tras la muerte de Luis IX de Francia.
Resultado- Derrota cristiana y principio del fin de los estados cristianos de Oriente.Resumen- Las cruzadas no valieron para nada, solo para demostrar que la religión siempre a sido motivo de guerras y de muerte.

Dicen que el pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla.(Napoleón Bonaparte).
La historia es la base desde la cual afianzamos nuestros conocimientos y en la que nos basamos para no caer en los mismos errores del pasado, creando o intentando crear un futuro mejor.(V. Morello)
LAS CRUZADAS Y JERUSALÉN
Las guerras a lo largo de la historia, se han sucedido una tras otra por diferentes motivos y las más disparatadas razones. Las cruzadas, en las que la diferencia de religión o culto, era más que sobrado motivo para matar en nombre de Dios, fueron una aberración que enfrento a cristianos y musulmanes al final del siglo XI durante 200 años.
Dios ha sido, durante toda la historia de la humanidad, una excusa para tomar territorios, conquistar países o acabar con quien no comulga con los intereses de las diferentes religiones.
Jerusalén, tomada por los musulmanes en el año 614, hasta entonces gobernada por el todopoderoso Imperio Bizantino, mantuvo sus puertas abiertas a las tres grandes religiones, cristianos, musulmanes y judíos, hasta el año 1094 en que cerraron el acceso a todo el que no fuera musulmán.
Esto no llego ante la cristiandad con buenos ojos, y el papa que ocupaba el trono de San Pedro en aquellos años, Urbano II, decidió que aquella pequeña franja de tierra de apenas unos cientos de kilómetros, debía de ser cristiana.
Se tenía que retomar Jerusalén de una forma u otra, pero era una decisión política muy difícil de tomar debido a las consecuencias que ello traería. Pero al papa Urbano II, le llego esta oportunidad cuando en el año 1095, le llego una petición de ayuda de un aliado político, el cabeza de la iglesia Ortodoxa del imperio Bizantino, Alexius I, que perdía poder en su imperio a favor del Islam.
Los Turcos, se habían convertido recientemente al islam y sus ejércitos formados por centenares de miles de soldados, conquistaban una tras otra, plazas que pertenecían al imperio Bizantino, Persia, Siria y Palestina, tomando por último la ciudad santa de Jerusalén, luego se dirigieron más al norte hasta llegar casi a las puertas de la capital Bizantina Constantinopla, no se podía permitir.
Este fue el motivo unido a las masacres que los Turcos realizaban entre los peregrinos que acudían a tierra Santa, que propicio que el papa Urbano II emprendiera una serie de discursos y proclamas, arengando a los cristianos a combatir al islam, comenzando a expandir por toda Europa la necesidad de conquistar este reino de nuevo para los cristianos.
Estas proclamás unidas a la promesa de riquezas y de que a todo el que acudiera a la lucha se le perdonarían todos sus pecados, entrando directamente en el reino de Dios, recluto a caballeros de toda Europa sobre todo provenientes del reino de Francia y del sacro imperio romano germánico, junto a miles de gente del pueblo llano.
Este reclutamiento se enardeció por el discurso de una próxima cruzada contra el infiel, llegando incluso antes de partir hacia tierra santa, a comenzar su propia guerra en Europa, asaltando hogares y sinagogas judías, matando a miles de judíos por toda Europa en el nombre de Dios y repartiéndose más tarde del botín obtenido, fue el principio de una gran monstruosidad y el sello del que sería el final de la primera cruzada.
En otoño de 1096, ejércitos de Francia, Inglaterra, Italia y Alemania, emprendieron una larga marcha de más de 5000 kilómetros, la primera cruzada, estaba en camino.
LAS CRUZADAS LA PRIMERA CRUZADA
Al frente del mayor de los ejércitos, el del norte, se encontraba el duque Godofredo de Bouillon, uno de los jefes más devotos además de un excelente guerrero. Junto al duque se encontraba también su hermano Balduino, duque de Bolonia, más cruel y menos devoto que su hermano.
El largo viaje a Constantinopla fue muy penoso.
El enorme ejército necesitaba unos víveres y un mantenimiento grandioso, así que tuvieron que atacar y robar todo lo que encontraron en su camino hasta que llegaron a las puertas de Bizancio, donde llegaron con más de 40.000 efectivos y donde se les unió un segundo ejército al mando de Bohemundo de Tarento con más 20.000 hombres.
Bohemundo eral agresivo hijo mayor de una familia de Normandos que dominaron el norte de Italia, quizás fuera el mejor y más fiero guerrero de toda la primera cruzada.

Ya con los tres líderes cristianos en Constantinopla, juraron lealtad al emperador Alexius I, a cambio de que este aprovisionara de alimentos y armás a sus ejércitos para seguir con su viaje hacia Jerusalén, del cual aún les separaban 1600 kilómetros.
En unas semanas de viaje, en mayo de 1097, llegaron a la ciudad de Nicea, antes Bizantina, pero ahora musulmana y a la que protegía una gruesa muralla de 4 metros de ancha por 10 de alta. Rodearon la ciudad, sitiándola en espera de su rendición por hambre. Asediaron y atacaron Nicea durante 6 semanas y los turcos al final decidieron rendirse a los Bizantinos que atacaban por el flanco norte, antes que a los cruzados, a los que temían más.

Así que el 16 de julio de 1097, la bandera Bizantina, ondeaba en las torres de Nicea, los cruzados se sintieron traicionados por su aliado así que recogieron su campamento y reanudaron su marcha hacia Jerusalén, pero siendo vigilados de cerca por las tropas de sultán turco Kilij Arslan, que después de perder su ciudad fortaleza, reclamaba venganza.
El ejército del sultán Kilij Arslan, se adelantó al ejército cruzado explorando el terreno hasta que encontraron uno que les era propicio y donde plantearían batalla a los cruzados. Esta batalla de Dorilea, entraría a sangre y fuego en las crónicas de la primera cruzada.
Con un estrecho paso en el que tenían que pasar en fila de a uno todo el ejército, Bohemundo de Tarento se adelantó con unos 20.000 cruzados, esto es lo que planificaba el sultán que hicieran y les ataco a su llegada al valle con una nueva arma que desconocían los cruzados, arqueros a caballo.
La batalla no discurría muy bien para Bohemundo de Tarento, perdiendo mucho terreno y muchos hombres, pero la ayuda estaba llegando, el gran ejército restante de Godofredo de Bouillon y su hermano Balduino, llegaba en su ayuda, aumentando las fuerzas cristianas en lucha a más de 50.000 cruzados.

PRIMERA CRUZADA CONTINUACIÓN
Los turcos se vieron superados ahora por este enorme ejército cruzado, rompieron sus filas y huyeron en desbandada, los cristianos se creerían a partir de esta batalla, invencibles.
Continuaron su penoso viaje hacia Jerusalén, creyendo que en dos semanas llegarían, pero pasado un mes aún se encontraban a cientos de kilómetros y con el ejército menguando a causa del hambre, las enfermedades y el acoso a que les sometía el sultán.
Por estos motivos fue que Godofredo de Bouillon, decidió dar un rodeo y seguir por las abruptas montañas. Las consecuencias de esta aventura serían tremendas y las dificultades por las que pasaron los cruzados, apoteósicas, avanzando por senderos estrechos donde hombres y animales se despeñaban al más pequeño descuido.
Los cruzados, necesitaban un aliciente o una victoria que les subiera la moral, fue cuando pusieron sus ojos en una ciudad que les venía casi de camino, Edessa.Balduino se separó del resto del ejército con una moderada tropa y se dirigió a Edesa, la cual tomo sin lucha, aliándose al gobernador de la ciudad y matándolo vilmente al poco tiempo, tomando el control de la que sería, primera ciudad del reino cristiano de Jerusalén.

Mientras el resto del ejército cruzado se dirigió hacia Antioquia, a la cual asedia ron durante 8 meses, escaseando cada vez más los alimentos al tener que alimentar también a los cristianos expulsados de la ciudad. Para más desgracia, un enorme ejército turco se dirigía hacia la ciudad en su ayuda. No se quiso perder más tiempo y se compró a unos soldados de la ciudadela, que traicionaron a los suyos, dejando entrar a los cruzados, los cuales tomaron la ciudad, masacrando por igual a los residentes tanto turcos como judíos.
Pronto los asediadores se convirtieron en asediados, puesto que el ejército turco se encontraba a las puertas de la ciudad, tenían que idear otro plan de batalla.
Y este llego cuando un fraile se inventó que la Vera Cruz se encontraba escondida en la ciudad, esta se buscó y se encontró. Este acontecimiento enardeció e inundo de moral a las tropas cristianas, que salieron cabalgando de la ciudad, aplastando a los turcos, así nació el segundo estado Cruzado.

Por fin, en junio de 1099, llegaban a las puertas de Jerusalén, ocupada ahora por los fatimíes de Egipto. Pero el ejército cruzado ya solo contaba con unos 13.000 soldados, una cuarta parte de los que salieron de Europa 3 años antes.
Comenzó una carrera a contrarreloj para ocupar la ciudad, se construyeron torres de asedio con la madera que se aprovechó de los pocos árboles que los musulmanes habían dejado en la zona y comenzó el ataque por dos flancos de la ciudad, en espera que uno de ellos fructificara.
Una de las torres fue destruida y Godofredo de Bouillon, quedó al mando de la única que quedaba.
Godofredo de Bouillon encontró el punto débil de las murallas y mando trasladar la torre a ese punto. Oleada tras oleada, los cruzados subieron por la torre hasta las altas murallas, consiguiendo al fin entrar unos pocos en la ciudad y abrir las puertas para que entrara el resto del ejército.
Una vez dentro mataron a cuantos se le enfrentaron, reduciendo a los turcos restantes en el templo de Salomón, donde los encerraron, masacrándolos a continuación. Lo que siguió a este vil acto, no fue más caballeroso y los cruzados se encontraron inmersos en un macabro baño de sangre, donde se pasó por la espada a mujeres, niños y ancianos.
El 80% de los habitantes de Jerusalén, fueron muertos a sangre fría, una parte de la historia que no debió de ocurrir.
Ya con Jerusalén en su poder, los cristianos quisieron nombrar rey a Godofredo de Bouillon, pero este rehusó el nombramiento a favor de su hermano Balduino, que fue coronado como primer rey de Jerusalén con el nombre de Balduino I de Jerusalén.
El reino cristiano estaba formado en tierra santa por los estados de Edesa, Antioquia y Jerusalén, el objetivo estaba cumplido y acababa la primera cruzada, la única de las 9 exitosa y que cumpliría con su objetivo, aunque nunca las cruzadas fueron un remedio para nada.

LAS CRUZADAS SEGUNDA CRUZADA
Las noticias de la masacre de Jerusalén no tardaron en llegar a los oídos de los principales líderes musulmanes que comenzaron a aglutinar fuerzas a 250 kilómetros de la ciudad santa en Damasco. Aunque en estas fechas, finales de 1099, el reino musulmán no se encontraba en situación de disputar ninguna guerra de momento, porque se encontraba profundamente dividido en pequeños clanes o reinos que luchaban entre ellos.
Mientras, en Jerusalén, la mayoría de cruzados habían regresado a sus casas, quedando una pequeña guarnición de solo 300 soldados, cuyo mayor temor ahora era que los musulmanes se reagruparan y contraatacaran, pillándoles desguarnecidos y con escasas fuerzas que enfrentar.
La iglesia Europea comenzó a animar a todo cristiano a ir a vivir a Jerusalén, con la promesa de vivienda y riquezas, para así engrosar sus filas de defensa. Comenzaron a llegar multitud de peregrinos a la ciudad santa, naciendo en aquel tiempo las primeras órdenes militares importantes como los Hospitalarios y los pobres caballeros de Cristo, conocidos más tarde como los caballeros Templarios.

Ya a principios del siglo XII, en el mundo musulmán se comenzó a escuchar una palabra, Yihad o llamamiento a la lucha para tomar de nuevo Jerusalén. Fue Imad ad-Din Atabeg Zengi, gobernador de Mosul, el primer líder musulmán que pudo iniciar la Yihad, conquistando la puerta de Siria, la ciudad de Alepo en el año 1128.
Aun así, tardo más de 20 años en unir todas las tribus y clanes musulmanes hasta que en el año 1144 estuvo preparado para la venganza tantos años esperada y puso sus ojos en Edesa, uno de los estados cristianos establecidos en la primera cruzada.
Así que 50 años después, Imad ad-Din Atabeg Zengi, sitio Edesa con un formidable ejército de 30.000 hombres. Los pocos defensores cruzados que quedaban en la ciudad, la defendieron bien. Zengi, ataco con todas su fuerza y crueldad, pero la ciudad se le resistía, así que trajo un grupo de mineros que horadaron túneles bajo las murallas, hasta que estás se vinieron abajo, entrando en la ciudad y masacrando a sus defensores, Edesa volvía ser musulmana.
Aunque el cruel Zengi no pudo disfrutar mucho tiempo de su victoria, puesto que en 1146, dos años después de su victoria, le dijo despreciando a uno de los supervivientes esclavos, que lo mataría al día siguiente y este al no tener nada que perder lo asesino esa misma noche mientras dormía, rodeado de sus tropas.

Su hijo, Nur al-Din, muy devoto de Ala, prosiguió con la obra de su padre uniendo el resto del mundo musulmán.
Mientras en occidente, ya a finales de 1945, el papa Eugenio III, emitía la bula papal Quántum predecesores, convocando una segunda cruzada.
El liderato de esta segunda cruzada, lo tomaría Luis VII de Francia, que no era un guerrero nato, aunque sí muy voluntarioso y devoto de la fe. En mayo de 1147 partía hacia tierra Santa dirigiendo un ejército de más de 30.000 cruzados.
Este numeroso ejército tardo más de 5 meses en cruzar Europa y llegar a Asia, con innumerables problemas logísticos y de avituallamiento debido a lo accidentado del terreno y al crudo invierno. El compacto ejército se dividió, la vanguardia, compuesta de los mejores guerreros, se adelantó a la retaguardia, dejando al grueso del ejército y a su rey medio desprotegidos.
Esta oportunidad era la que esperaban los musulmanes y atacaron a las desprotegidas fuerzas cristianas, causando una devastación que destrozo el grueso de este gran, pero mal dirigido ejército.
Los Francos sufrieron una gran derrota, quedando su ejército muy mermado. Luis VII sé salvo, pero su poca experiencia en batalla hizo que dieral liderazco y la dirección de la cruzada a los caballeros Templarios.

Con una cabeza más experimentada en la lucha, los cruzados consiguieron llegar hasta la ciudad estado cristiana de Antioquia con menos de 20.000 hombres. Luis VII, al ver la situación, desistió de conquistar Edesa y puso sus nuevas miras en la más cercana a Jerusalén, la ciudad de Damasco.
En 1148, los cruzados llegaban a Damasco, sitiándola. Pero de momento los Damasquinos, no pidieron ayuda a Nur al-Din para no perder su independencia, así que se defendieron con uñas y dientes frente al acoso cruzado.
Batalla tras batalla, Damasco resistió pero perdiendo terreno en cada una de ellas. Así que no les quedó otra opción que pedir ayuda a Nur al-Din, cosa que este esperaba desde hacía tiempo. Mando sus ejércitos a Damasco donde aún se prolongaban las luchas. Luis VII se enteró de esta llegada y dudo entre resistir o escapar, optando por esto último, retirándose de la ciudad y volviendo a Europa derrotado y con un mermado ejército.
No solo perdiendo su cruzada, sino dejando atrás a una desprotegida Jerusalén, frente aún cada vez más poderoso ejército musulmán. La segunda cruzada había terminado con un rotundo fracaso.