Historia de las cruzadas en Jerusalén

Bernard de Claraval
Bernard de Claraval

LA TERCERA CRUZADA

Esta cruzada fue la más famosa de todas al enfrentar a dos grandes guerreros de la época, el cristiano Ricardo I corazón de León y el musulmán Al-Nāsir Ṣalāḥ ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb popularmente conocido como Saladino.

En abril de 1154,Nur al-Din se apropió de Damasco, con lo que junto a su dominio de Alepo, rodeaba por el flanco este a todo lo que quedaba del reino cristiano. En 1160 reemprendió la segunda parte de su plan que consistía en rodear al reino cristiano, dirigiéndose hacia Egipto y su capital El Cairo, la cual también ambicionaban los cristianos.

Saladino
Saladino
Un rey no mata a otro rey, pero la alevosía y ruindad de este hombre no podían consentirse.Saladino

Los cristianos llegaron primero a Egipto, pero masacrando a las poblaciones que encontraban a su paso, así que al llegar a El Cairo, esta se defendió con fiereza en vez de rendirse como hubiera sido de no cometer los cristianos estas atrocidades. Viendo la causa perdida, la ciudad envío emisarios a pedir ayuda a Nur al-Din, que envío un gran ejército a cuyo frente se encontraba su mejor general, Saladino.

Derroto a los cristianos y con una ambición desbocada, en 1169 se proclamó gobernador de Egipto, desafiando al hasta ahora su jefe, Nur al-Din.
Cinco años más tarde, en 1174, Nur al-Din moria con 57 años en extrañas circunstancias. Un año después, Saladino llegaba a Alepo, donde ya eral sucesor de Nur al-Din, su hijo As-Salih, de tan solo 12 años, quien reinaba.

Esto hizo dar media vuelta a Saladino que dejo atrás Alepo y espero una mejor situación para tomar el poder.

Asedio ciudad Daimeta
Asedio ciudad Daimeta

La fortuna le sonrió y solo 7 años después, en 1181, As-Salih moria con tan solo 19 años. Saladino era ahora el señor de todos los musulmanes y su territorio rodeaba completamente el reino cristiano.
1183, Jerusalén se encontraba muy debilitada y su rey Balduino I de Jerusalén, gravemente enfermo por la lepra.

En noviembre de 1183, muy decaído por su enfermedad, nombro rey de Jerusalén a su cuñado Guido de Lusignan, ayudado en la sombra por el brutal y traicionero Reinaldo de Chatillon, quien desataría la guerra con los musulmanes en enero de 1187, al no respetar a los peregrinos árabes que durante 40 años visitaban Jerusalén sin problemas, atacando y masacrando una de sus caravanas de peregrinación.

Saladino monto en cólera y reunió un ejército de más de 30.000 hombres dirigiéndose hacia la ciudad de Hattin. En julio de 1187, Guido de Lusignan respondiendo a esta afrenta, reunió todos los hombres disponibles de todo el reino cristiano y se dirigió a su encuentro con solo 5.000 hombres y la Veracruz al frente.

Llegaron al campo de batalla sediento y con muy poca moral, esperándolos los musulmanes, frente al único lago de la zona, entablándose la célebre batalla de los cuernos de Hattin, donde los cristianos fueron derrotados y la Veracruz apresada por los islámicos. Reinaldo de Chatillon fue hecho prisionero y muerto al poco por Saladino.

Cruzado peleando
Cruzado peleando
Nadie puede elegir su destino. Un Rey puede mover a un hombre, un padre reclamar a un hijo, pero no olvides que aunque aquellos que te mueven sean reyes o sean hombres con poder, tú eres el único responsable de tu alma. Cuando comparezcas ante Dios no podrás decir que otros fueron dueños de tus actos o que la virtud no era oportuna en aquel momento.Balduino IV

Las ciudades de Acre, Cesárea y Hafa cayeron a continuación en las manos de Saladino y en octubre de 1187 se apoderaba del mayor botín, Jerusalén.

Llegaron las noticias a Europa, donde el papa Gregorio VIII proclamo que la perdida de Jerusalén era un castigo divino por los pecados de los cristianos y promulgo la tercera cruzada. Los principales líderes Europeos, se hicieron eco de la llamada del papa y en 1189, salía el primer ejército de Alemania al mando del emperador Federico Barbarroja, el más grande de todas las cruzadas con más de 100.000 hombres.

Por su parte, de Inglaterra, partió otro ejército al mando de Ricardo I y de Francia otro con Felipe II al frente. Los ejércitos Ingleses y Francos se embarcaron en naves hacia Jerusalén, pero el gran ejército de Federico Barbarroja lo hizo por vía terrestre al ser tan numeroso.

Por el camino, su líder, Barbarroja, murió ahogado en un río, mientras lo atravesaba y la gran parte de su ejército se volvió hacia Alemania, descabezando la cruzada. Ricardo I y Felipe II se quedaban prácticamente solos en esta tercera cruzada.

Mientras, en tierra santa, Guido de Lusignan, que fue perdonado por Saladino al tomar Jerusalén, reunió un pequeño ejército de 8.000 hombres e intento volver a controlar la ciudad de Acre, pero fue rechazado una y otra vez por los musulmanes, durante casi 2 años. Al ver que no podía vencer con sus fuerzas, decidió esperar a los refuerzos que llegaban de Europa y esto ocurrió en julio de 1191, cuando el ejército de 17.000 cruzados de Ricardo I llegaba a las costas de Acre.

Rey Ricardo I
Rey Ricardo I

Una vez los dos ejércitos unidos y con mucha más moral, en pocas semanas de lucha derrumbaron las murallas de la ciudad y tomaron Acre, cogiendo prisioneros a más de 2.700 musulmanes, ganándose este forma el sobrenombre de corazón de León. Ricardo I intento canjear a los prisioneros a cambio de la devolución por parte de Saladino de la Veracruz.

Este no accedió y a los pocos meses eran ejecutados los prisioneros a sangre fría.
La tercera cruzada partió entonces hacia su principal objetivo, Jerusalén, hostigado día y noche por continuos ataques por parte de las tropas de Saladino que intentaban por todos los medios que este ejército no llegara a la ciudad santa.

En septiembre de 1191, tomo la ciudad de Hafa y continuo su camino, pero a 70 km de Jerusalén detuvo su ejército incomprensiblemente y se puso a pensar que aunque tomara la ciudad a costa de muchas de las vidas de sus cruzados, después había que defenderla otra vez de los ataques musulmanes y que está opción no sería válida, pues él tenía que regresar a su reino que estába siendo acosado en su parte normanda por el rey de Francia y en Inglaterra por su hermano al cual había dejado al mando.

Así que después de pactar con Saladino que los peregrinos cristianos pudieran visitar la ciudad, decidió retirarse con Jerusalén al frente, pero sin atacarla siquiera. Así acabo la tercera cruzada tomando solo dos ciudades y dejando Jerusalén en manos islámicas.

Cruzados en la cuarta Cruzada
Cruzados en la cuarta Cruzada
Si no hubiera sido por su malicia, que me obligo a regresar, habría podido recuperar todo Ultramar. Luego, cuando yo estaba en la cárcel conspiro para mantenerme allí para poder robar mis tierras.Ricardo I

LA CUARTA CRUZADA

Con el fracaso de la tercera cruzada, en 1198 el papa Inocencio III, comenzó un nuevo llamamiento a combatir al infiel, en la que sería la cuarta cruzada que duraría solamente 2 años, a cuyo frente se puso el conde Teobaldo de Champaña.

Acabo siendo la más desastrosa de todas las cruzadas y que no llego siquiera, a pisar tierra santa, donde Saladino había muerto en 1193.

En aquellos años precedentes, en Europa, el imperio Romano Germánico, estaba en guerra con el imperio Bizantino. De esta forma, sus ejércitos no podían pasar en su viaje a Jerusalén por sus territorios, tenían que dar un gran rodeo, pero optaron por pagar a una extensa flota Veneciana, para que los llevara hasta El Cairo y de allí continuar a pie hasta su objetivo.

Pero la flota Veneciana, pidió una suma de dinero, que los cruzados no podían pagar, así que a cambio de una suma rebaja en el precio, pidieron que el ejército cruzado les ayudara a reconquistar la ciudad de Zara en poder Húngaro, objetivo que se cumplió el 15 de noviembre de 1202, con la vuelta de la ciudad a manos Venecianas.

Fue entonces cuando Alejo IV, pretendiente al trono Bizantino, ofreció a los Cruzados, el su paso por su reino, dinero y soldados si le ayudaban a conquistar Constantinopla, en manos de su suegro por entonces. Los cruzados accedieron también y en julio de 1203 Constantinopla era asedia da y conquistada para el nuevo monarca, otra lucha y otra conquista en territorio cristiano.

Una vez Alejo IV en el poder, no pudo cumplir su promesa a los cruzados y estos entraron en abril de 1204 a sangre y fuego en la ciudad, saqueándola y cobrándose su deuda con los Bizantinos, repartiendo sus riquezas entre cruzados y Venecianos.

La capital del imperio Bizantino se trasladó más al norte a la ciudad de Nicea. Pero diversas disputas entre los mismos cruzados, con lo que debían de hacer a continuación, no llegaron a buen fin, dando por acabada esta desastrosa cuarta cruzada, que no llego siquiera a salir de suelo cristiano, acabando con la sola conquista y recaudación de riquezas de dos ciudades cristianas.

Mapa quinta cruzada
Mapa quinta cruzada
Nosotros, sin embargo, ponemos el amor de Dios y Su honor por encima del nuestro y por encima de la adquisición de muchas regiones.Ricardo I

LA QUINTA CRUZADA

Esta quinta cruzada fue promovida por el papa Inocencio III y su sucesor, el papa Honorio III, con la bula papal Quia maior, convocando los ejércitos cruzados liderados por las enormes fuerzas militares del rey Andrés II de Hungría.

Esta cruzada se dividió en dos partes, la que emprendió Andrés II, y la del germano Oliver de Colonia, que llegaría más tarde.

Al-Muazzam, hijo del sultán al-Adil, lideraba por entonces las fuerzas musulmanas. Andrés II, con un gran ejército de 32.000 hombres, que partieron desde un puerto Holandés el 27 de mayo de 1217, llegaron a tierra santa y montaron su campamento principal junto a la ciudad de Acre, tomando algunos asentamientos de poca importancia.

Marcha a la quinta cruzada
Marcha a la quinta cruzada

Al poco tiempo, en 1218, llego la segunda oleada de cruzados, al mando de Oliver de Colonia, cuyo primer objetivo fue asediar la ciudad Egipcia de Damieta, que cayó en su poder en 1219. Una vez tomada la ciudad, comenzaron fuertes disputas entre las huestes cristianas.

El rey Andrés II, no quiso ayudar en su avance a Oliver de Colonia, con lo cual este tuvo que retrasar su conquista de El Cairo hasta el año 1121.

Con el paso de estos años de indecisión, el sultán de la ciudad, Al-Kamil, reorganizo y reforzó sus defensas. Esto, unido a las crecidas del río Nilo, diezmaron al ejército cruzado que se dirigía a la conquista de la ciudad, siendo derrotado en posteriores batallas, rindiéndose con condiciones adversas y teniendo que regresar a Europa con el rabo entre las piernas.

Así acabo esta quinta cruzada, con las condiciones de la rendición de devolver la ciudad de Daimeta al poder musulmán, quedando el teatro de batalla como antes de comenzarla, otra derrota cristiana y otra cruzada sin sentido.

Musulmanes en las cruzadas
Musulmanes en las cruzadas
Los grandes hombres no son grandes a todas horas ni en todas las cosas.Federico II

LA SEXTA CRUZADA

El emperador Germano, Federico II, no había intervenido en la quinta cruzada personalmente, pero sí que había enviado sus tropas a la lucha. En 1225,Federico II, tenía aspiraciones al trono de Jerusalén, pues se casó con Yolanda de Jerusalén, hija de Juan de Brienne, rey nominal del Reino de Jerusalén y María de Montferrato, es por eso que era a quien le interesaba más la sexta cruzada.

En 1227, siendo papa Gregorio IX, el emperador Federico II, partió junto a un gran ejército, hacia Siria, desde un puerto Italiano, pero una grave epidemia entre sus tropas, le obligo a regresar a Europa. Al papa Gregorio IX no le gusto la noticia y excomulgó al emperador. Aunque a pesar de esto, decidió embarcarse nuevamente hacia Siria en 1228, llegando a la ciudad de Acre, en septiembre del mismo año.

Pero en tierra santa, habían cambiado muchas cosas, y la política lo embarcaba todo.Federico II, más que guerrero, era un político, así que firmo tratados con el sultán Al-Kamil, para ayudarse mutuamente ante su enemigo común, Al-Naser. A cambio de esta ayuda, el sultán Al-Kamil, le cedería a la cristiandad, muchos territorios, incluida Jerusalén, junto a una tregua de solo 10 años sin hostigarlos.

A todo esto se oponía fervientemente el papa Gregorio IX, pero a pesar de esta oposición, Federico II sé coronaria como rey de Jerusalén, relegando la corona en su hijo Conrado. Pero el emperador Gregorio IX, tuvo que regresar a Europa por graves problemas y pasada la tregua de 10 años, Jerusalén, pasaría de nuevo a manos musulmanas.

Una sexta cruzada, en la que si bien no corrió la sangre, fue tan poco útil como las 5 anteriores, pero menos duradera.

Ataque Sarraceno en cruzada
Ataque Sarraceno en cruzada
Ninguna situación es tan grave que no sea susceptible de empeorar.Federico II

LA SÉPTIMA CRUZADA

En 1244, los musulmanes aliados del sultán de Egipto Al-Salih Ayyub, lucharon por Siria y Palestina y conquistaron y saquearon Jerusalén, tras la tregua de diez años que siguió a la sexta cruzada, derrotando a los cristianos finalmente en la batalla de Gaza.

El 27 de noviembre de 1244, el obispo de Beirut, se dirigía hacia Europa en busca de ayuda para los cristianos que quedaron atrás. En Europa, casi todos los países tenían sus propios problemas internos, así que este nuevo llamamiento no tuvo mucho éxito.

Excepto el rey de Francia Luis IX, que prometió en diciembre de 1244, ante el papa Inocencio IV, recoger el testigo e ir a tierra santa a defender la santa cruz.

El plan de esta séptima cruzada, serial de ir hasta Egipto y tomar cuantos territorios se pudiera, para intercambiar por tierras de Palestina o el propio Jerusalén. Una Cruzada, exigía un fuerte desembolso monetario, para el reclutamiento de tropas, compra de armas y la logística de avituallamientos. Luis IX, tuvo que imponer un nuevo impuesto al ya muy castigado pueblo Franco y aun así no fue bastante, por lo que incluyo también otra serie de impuestos a la iglesia, cosa que no gusto mucho en el ambiente clerical.

Tuvo que pedir también un permiso al rey de Jerusalén, Conrado, para atravesar sus territorios y contratar una flota Italiana para que les llevara a Egipto.

Luis IX
Luis IX

Llego el momento en que todo estuvo preparado y Luis IX, salió de París con un ejército de 20.000 hombres el 12 de agosto de 1248, zarpando el 25 del mismo mes desde los puertos de Aigues-Mortes y Marsella, en dirección a Egipto.
El 17 de septiembre de 1248, llegaron a Chipre, donde pasaron el invierno.

En mayo de 1249, volvían a reunir la flota y embarcaban hacia Egipto, donde tenían su próximo objetivo, Damieta. Llegaron a Egipto el 5 de junio de 1249, y rápidamente asediaron Damieta que cayó rápidamente y con poca resistencia el día siguiente.

Quisieron partir con celeridad hacia su próximo objetivo, El Cairo, pero las inundaciones del Nilo volvieron a entorpecer las operaciones, obligándolos a permanecer en la ciudad hasta el 24 de noviembre de 1249, fecha en la que llegaron más refuerzos de Francia a cuyo frente se encontraba Alfonso de Poitoul, hermano del rey Francés, partiendo todos juntos hacia El Cairo, dejando una fuerte guarnición en Daimeta.

El 21 de diciembre de 1249, los cruzados llegaron ante la ciudad de El Mansura, asediándola y teniendo varias batallas contra los Egipcios. No fue hasta el 2 de febrero de 1250, que un nutrido grupo de doscientos noventa caballeros Templarios, al mando de Roberto I de Artois, lograron entrar en El Mansura con muchas dificultades, siendo masacrados más tarde en sus calles por la resistencia egipcia y quedando solo 5 caballeros con vida.

No teniendo más avances en la contienda, el 5 de abril de 1250, Luis IX, decidió ordenar la retirada a Damieta con sus tropas muy diezmadas por el hambre, la disentería y el tifus, pero no llegaron a cumplir la orden, pues acosados por el enemigo y su rey muy enfermo, se rendirían a los Egipcios 2 días después .

Con todos los cruzados cautivos, los Egipcios pidieron un fuerte rescate, además de la devolución sin batalla de la ciudad de Damieta, a lo que se tuvo que acceder para obtener la liberación del rey y su diezmado ejército.

El 7 de mayo de 1250, los restos de lo que fue la séptima cruzada, partían hacia Acre, donde se estableció durante unos años en espera de refuerzos del rey de Inglaterra, que nunca llegaron, por lo que el 24 de abril de 1254, zarpo de Acre, llegando en julio a Francia.

Así acabo esta séptima cruzada, con otro fracaso cristiano por parte de Luis IX, que no contento con este resultado, emprendería otra cruzada años más tarde.

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