Los ultimos de Filipinas 1898

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  1. LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS HISTORIA DE UN IMPERIO
  2. LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS FIN DEL IMPERIO ESPAÑOL
  3. INICIO DE LOS COMBATES
  4. RESISTENCIA AL LÍMITE
  5. ÚLTIMOS DÍAS Y RENDICIÓN

LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS HISTORIA DE UN IMPERIO

Datos principalesLa historia no cambiará, pero se conocerá. En este artículo, te mostraremos con toda exactitud, todos los acontecimientos, fechas y personajes que protagonizaron los últimos de Filipinas, que fueron los últimos en entregar las armas en la batalla Hispano-Americana en el siglo XIX.

Capitan Enrique de las Morenas
Capitán Enrique de las Morenas

Dicen que el pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla.(Napoleón Bonaparte).
La historia es la base desde la cual afianzamos nuestros conocimientos y en la que nos basamos para no caer en los mismos errores del pasado, creando o intentando crear un futuro mejor (V. Morello)

  • Sitio de Baler fecha de inicio- 1 de julio de 1898.

  • Sitio de Baler fecha del fin- 2 de junio de 1899.

  • Lugar del sitio-batallas- Pueblo Baler, isla de Luzón, Filipinas.

  • Principales oficiales españoles: Enrique de las Morenas y Fossi, Saturnino Martín Cerezo.
    Parte filipina: Teodorico Luna Novicio, Simón Tecson, Calixto Villacorta.

  • Fuerzas españolas- 60 soldados.

  • Fuerzas filipinas- Sobre 800 soldados.

  • Bajas españolas- 21 muertos y 4 desertores.

  • Bajas filipinas- 700 entre muertos y heridos.

LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS FIN DEL IMPERIO ESPAÑOL

Imperio Español El siglo XIX marco un paréntesis en el tiempo, donde murió el imperio Español y nació otro, el Norteamericano.
España, fue perdiendo a lo largo de este siglo todas las colonias que aún mantenía repartidas a lo largo del mundo. Primero fueron las continentales y al final las insulares, Cuba, Puerto Rico, la isla de Guam y por último las Filipinas.
España, se encontraba en una profunda crisis tanto social como económica y no se podían enviar bastantes recursos a las colonias, ni mantenerlas frente a potencias por aquel entonces emergentes.
EE. UU, estaba en plena expansión, era una gran potencia con una industria y un poder monetario enormes. Compro Alaska, se apropió de Hawái y tenía en el ojo a Cuba y Puerto Rico, muy cercanos a su territorio. Tenía que apropiarse de ellos, pero necesitaba un motivo para declarar la guerra a España.
Y ese motivo llego el 15 de febrero de 1898, cuando exploto el buque acorazado Maine, con bandera Norteamericana, que había llegado a La Habana unos días antes, todo sin previo aviso y en el que murieron más de 250 hombres. En un principio se pensó en un sabotaje Español, pero hay quien cree que fue un acto de falsa bandera (hecho creado por el mismo país por motivos que le convienen).

Teniente Saturnino Martin cerezo
Teniente Saturnino Martín cerezo

Declaración de Guerra Estados Unidos declaraba la guerra a España el 25 de abril de 1898. Por la otra parte en las Filipinas, el levantamiento de los nativos estaba creciendo con casi dos años ya de duras luchas con los revolucionarios Filipinos, España envió unos 30.000 hombres para sofocarla, repartiéndose en fortines por las principales ciudades Filipinas con el fin de acabar con esta revolución.
Tuvieron una pequeña tregua cuando el general Primo de Rivera, pacto con Aguinardo, jefe de los sublevados, que se marcharía del país con los bolsillos llenos a espera de nuevas oportunidades que llegarían con la crisis del Maine.

Los últimos de Filipinas 1898
Los últimos de Filipinas 1898

INICIO DE LOS COMBATES

Primeros ataques

Con EE. UU en guerra con España, la oportunidad que esperaban los Filipinos llego y los combates comenzaron de nuevo por todo el archipiélago, apoyados por los buques de guerra Norteamericanos que se habían apuntado a esta guerra para aprovecharse más tarde.
Con solo 30.000 defensores contra todo el ejército revolucionario que sobrepasaba con creces al Español, todas las guarniciones fueron cayendo. A todo esto se le sumó la derrota Española en la batalla de Cavite el 30 de abril de 1898, donde la armada fue hundida casi al completo por los Norteamericanos en tan solo un par de horas, una armada muy dejada de la mano de dios donde la carencia de armamento moderno, decanto la batalla por el bando Americano, con una flota de barcos nueva y poderosa.

Desde entonces, la llegada de nuevas tropas y de víveres a las Filipinas sería imposible, solo dependían de los escasos 27.000 hombres que quedaban en las islas. Estos fueron rindiéndose poco a poco, frente al empuje revolucionario. Los soldados ya muy cansados y hambrientos fueron capitulando hasta que solo quedaron unos pocos fortines que aguantaron bravamente, pero que también fueron cayendo con el tiempo excepto la pequeña guarnición en la isla de Luzón, más concretamente en el pueblo de Baler, donde se crearía una resistencia fuera de límites, que llego a conocerse más tarde, en todos los rincones del planeta, como los últimos de Filipinas.

Ataques Zagalos
Ataques Zagalos

Baler En esta pequeña guarnición, anteriormente solo tenían el problema de los contrabandistas, por lo que la dotación era de tan solo 1 cabo y 4 guardias civiles nativos. Con el reinicio de la guerra, se envió desde Manila un refuerzo de 50 soldados al mando del teniente Mota, de tan solo 19 años. Pero este pequeño refuerzo fue prontamente aplastado por los insurgentes, muriendo casi todos sus componentes incluido el joven teniente Mota.

Sitiados Enterados en la capital, Manila, el gobierno español, volvió a enviar el 28 de febrero de 1898 otra tropa a defender la ciudad, compuesta por 50 cazadores de elite al mando esta vez de un experimentado capitán, Enrique de las Morenas y tres bravos tenientes, Saturnino Martín Cerezo, veterano de Cuba y Marruecos, Juan Alfonso Zaya y por último el teniente médico Rogelio Vigil de Quiñones, todos ellos no volverían a tener contacto con sus jefes hasta el fin del asedio a Baler, en julio de 1899.
Llegados a Baler, comenzaron a fortificar la ciudad en espera de nuevos ataques. En junio de 1898, estos se agudizaron y para evitar la muerte a su tropa, el capitán Enrique de las Morenas, decide trasladarse al punto más fuerte de la ciudad de Baler, su iglesia, con grandes muros de más de 1 metro y medio a cuyo frente se encontraba el padre Carreño y donde se harían fuertes.

Ataques a Baler
Ataques a Baler

RESISTENCIA AL LÍMITE

Resistencia heroica El 27 de junio de 1898, el capitán Enrique de las Morenas recoge todos los alimentos y municiones que le es posible y se refugia en la iglesia, comienza esta brava defensa de Baler que se prolongaría 337 angustiosos días.
El ejército revolucionario Filipino con miles de combatientes, a cuyo frente se encontraba su líder, Emilio Aguinardo, hostigaba a la pequeña guarnición día y noche con una superioridad abrumadora, los españoles resistían como podían estos envites esperando unos refuerzos que nunca llegarían. En cada ataque caían cientos de Zagalos bajo el fuego de los Mauser Españoles, sin apenas bajas en las filas Españolas. Así transcurrieron los primeros días del asedio, un ataque tras otro y todos ellos repelidos con bravura.
Fueron pasando los días, ataque tras ataque y la situación de los Españoles se agrava por momentos debido a que aunque se aprovisionaron bien de comida, no podían conservarla en condiciones debido a que no tenían sal. Aparte de este inconveniente y a algunas bajas en los combates, la enfermedad hizo presa en la pequeña y aislada guarnición, el Beri-Beri y la disentería, se aliaron con los Filipinos atacando a los Españoles.

Ataques de artillería
Ataques de artillería

. La enfermería comenzó a llenarse de pacientes que el teniente médico, Rogelio Vigil de Quiñones atendía como le era posible, con los mínimos medios de que disponía. El capitán Enrique de las Morenas, también cayó enfermo.
Ya por aquel entonces la carne escaseaba y se comía lo que se podía cazar en las inmediaciones de la iglesia, ratas, serpientes, lagartos, cualquier cosa comestible. Todo se agravaba, muriendo algún soldado por la enfermedad, incluido el capitán Enrique de las Morenas, al que le seguiría el teniente Juan Alfonso Zaya, quedando al frente de la exigua guarnición el teniente extremeño, Saturnino Martín Cerezo.

Los Zagalos traen artillería y continúan hostigando a la guarnición Española que resiste como puede. Por estas fechas, finales de agosto de 1898, el gobierno de Manila ya se había rendido, aunque en Baler no estaban enterados.
Desde Manila, el gobierno Español, que quedaba al mando de las repatriaciones después de la rendición a EE. UU, mando en 5 ocasiones emisarios a baler para ordenar a los resistentes deponer las armas, todo estaba ya perdido. Pero el teniente Saturnino Martín Cerezo no se fio de estos emisarios y se negó a rendirse en todas ellas.
Todo siguió igual en Baler hasta la Navidad de 1898, con la tropa Española ya muy debilitada y con varias bajas. En estas fechas, los Filipinos ya se encontraban luchando también contra los Norteamericanos por su independencia, habían pasado de depender de los Españoles a depender de los Americanos.
El 13 de abril de 1899, los Norteamericanos intentan ayudar a los españoles de baler y envían un barco cañonero, con su tripulación, a evacuar a los supervivientes. Desembarcan cerca de baler para ir a avisar al teniente Saturnino Martín Cerezo, de que la guerra había acabado hace tiempo, pero no llegaron a la iglesia, siendo muertos todos en este inútil intento de ayuda.

Los Ultimos de Filipinas
Los Últimos de Filipinas

ÚLTIMOS DÍAS Y RENDICIÓN

Últimos días del sitio Todo siguió igual durante el mes de marzo con los Zagalos. Cada vez más enfadados con aquel foco de resistencia y por el segundo frente con los Norteamericanos.Recrudecieron los ataques a la iglesia de Baler, que seguía con su férrea resistencia y con la bandera Española ondeando en su pequeño campanario.
En un último intento de avisarlos, se envió al teniente coronel Aguilar para convencerlos, cosa que en un principio no consiguió. Por estos días en que no entraba en razón el teniente Martín Cerezo, aún hubo dos deserciones a los cuales pillaron, fusilándolos en el acto. Al teniente coronel Aguilar se le acababan los recursos, solo quedaba mostrarle periódicos de España y de Manila. Esto fue clave, puesto que el teniente Saturnino Martín Cerezo, leyó la noticia de un compañero, que acabo por convencerlo de que la guerra había acabado hacía casi 10 meses.

El 2 de junio de 1899, 337 días después del comienzo del asedio, la bandera Española era arriada y los restos de la guarnición se rendían honrosamente con las condiciones que impuso a los Zagalos el orgulloso militar Saturnino Martín Cerezo.
Todo acabo y los 33 soldados supervivientes de los 54 que comenzaron la aventura, salían de la iglesia de Baler en formación de 3 y con sus armás al hombro, harapientos y muy delgados, pero orgullosos de haber cumplido con su deber hasta las últimas consecuencias.

Los últimos de Filipinas 2
Los últimos de Filipinas 2

Desenlace El teniente Saturnino Martín Cerezo, fue condecorado con la Laureada de San Fernando, aunque debieron de concedérsela a toda la guarnición.
En septiembre de 1899 llegaban a España, donde morirían 3 soldados más, enfermos como se encontraban. A las viudas del capitán Enrique de las Morenas y del teniente Juan Alfonso Zaya, se les concedió una pensión de 600 pesetas, a las viudas de los soldados muertos, solo 60 pesetas, una injusticia como otras muchas que se cometieron en esta cruenta guerra.
Muchos de los soldados supervivientes murieron como mendigos en las calles Españolas, 12 llegaron a combatir en la guerra civil y el teniente Saturnino Martín Cerezo, llegaría al rango de general.
Esta es la historia de los últimos de Filipinas y de los más de 5000 Españoles que murieron en esta guerra colonial. El fin de un imperio

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